En este libro Sartre defiende el
existencialismo frente a criticas como la falta de solidaridad y la eliminación
de Dios y de sus fundamentos.
A continuación Sartre diferencia dos tipos de
existencialismo, el primero seria el cristiano y el segundo el ateo.
En el cristiano cuenta que al prescindir de
Dios el hombre podrá caer en la angustia porque se verá obligado a elegir entre
su fe y la realidad.
Sin embargo en el existencialismo ateo el
hombre no tendría las normas morales de la religión.
Pero también destaca que estos dos
existencialismo tienen algo en común, la subjetividad.
Es decir, que el hombre
es lo que tenga que ser, no lo que quiera ser, por lo que todos los hombres
deberán hacerse cargo de sus responsabilidades cuanto antes.
También habla sobre los dos tipos de moral,
la de simpatía y la devoción personal.
Hace hincapié en que la mejor moral para el
hombre son las dos juntas.
Sartre explica que existe un “humanismo
existencialista”, porque el único universo real es el humano, el de la
subjetividad humana. El hombre es dueño de sí mismo, y es quien elige su vida,
pero proyectándose con otros hombres.
Con esa doctrina Sartre no pretende
ser pesimista como muchos le criticaron solo quería ser realista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario